EJERCICIO

 

 

Hacer ejercicio de forma habitual es un aspecto fundamental de un estilo de vida saludable, y también hace más fácil vivir con la diabetes. A continuación, presentamos 10 motivos por los que resulta recomendable adquirir el hábito de la actividad física.

 

  • El ejercicio aumenta la entrada de glucosa, desde la sangre a los músculos, lo que significa que su cuerpo procesa la glucosa de forma más eficiente. Ésta una de las razones positivas, pero si trata la diabetes con insulina el ejercicio se asocia a riesgo de hipoglucemia, por lo que es importante conseguir el equilibrio entre la cantidad de insulina administrada, el nivel de actividad y la ingesta de alimentos.
  • No se tarda mucho en apreciar los efectos beneficiosos del ejercicio físico. Si padece diabetes de tipo 2, en la que su cuerpo resiste la acción de la insulina, incluso una semana de ejercicio aeróbico puede mejorar la sensibilidad a la insulina.
  • El ejercicio frecuente puede reducir la presión arterial, lo que es importante en pacientes con diabetes, dado que la presión arterial elevada puede aumentar el riesgo de ataque al corazón, ictus cerebral y enfermedades renales.
  • Si tiene que perder peso, el ejercicio puede ser una excelente ayuda. Tenga en cuenta que alrededor de una hora de ejercicio aeróbico moderado al día le puede ayudar, no sólo a perder peso mientras disminuye también la ingesta de calorías, sino que además mejora la sensibilidad a la insulina.
  • Las personas con diabetes que se mantienen en forma y activas tienen menos probabilidad de morir prematuramente por enfermedades cardiovasculares (ataque al corazón, ictus cerebral) que aquellas que no están en forma.
  • El ejercicio frecuente puede mejorar su estado de ánimo a corto plazo gracias a la liberación de endorfinas, y a largo plazo puede mejorar su bienestar psicológico, ayudarle a sentirse más positivo sobre su salud y a aliviar la depresión, que es más frecuente en personas que padecen diabetes.
  • En la diabetes de tipo 2 los efectos positivos del ejercicio sobre la sensibilidad a la insulina duran aproximadamente dos días, por lo que es recomendable no dejar que pasen dos días seguidos sin hacer ejercicio. Esta recomendación no difiere tanto de las directrices actuales para la población en general, puesto que se recomienda realizar aproximadamente cinco sesiones de 30 minutos de ejercicio a la semana.
  • La combinación de ejercicio aeróbico (caminar o bailar) con entrenamiento de resistencia (pesas o máquinas de gimnasia) le puede ayudar a controlar la glucosa sanguínea mejor que si opta por hacer sólo un tipo de ejercicio.
  • Cualquier forma de ejercicio que utilice grupos musculares grandes y que eleve la frecuencia cardíaca durante varios minutos seguidos, desde caminar deprisa hasta bailar, nadar o realizar con energía las tareas del hogar, será seguramente beneficiosa.
  • Aprovechar las oportunidades para incorporar la actividad física a su vida cotidiana, como subir y bajar andando las escaleras con más frecuencia, levantarse en las pausas de anuncios de la televisión y dejar el coche en la esquina más alejada del aparcamiento del supermercado, le puede ayudar a quemar calorías y a reducir peso, lo que se traduce en un beneficio para el control de la diabetes.

Ejercicio e Hipoglucemia

El ejercicio se puede clasificar en dos tipos: anaeróbico y aeróbico. Las actividades anaeróbicas se caracterizan por un trabajo muscular a intensidades elevadas (por ejemplo, esprintar, levantamiento de peso y hockey). Las actividades aeróbicas implican un trabajo muscular a intensidades inferiores (por ejemplo, correr, montar en bicicleta, remar, nadar y otros deportes de resistencia). Numerosas actividades aeróbicas implican picos de actividad anaeróbica (por ejemplo, el fútbol y el béisbol). La duración de los esfuerzos anaeróbicos es breve (a veces sólo segundos) pero puede que aumente de forma exagerada el nivel de glucosa en sangre debido a la liberación de las hormonas adrenalina y el glucagón. Por lo general, este aumento de la glucosa en sangre es transitorio, con una duración de 30 a 60 minutos, y puede venir acompañado de hipoglucemia en las horas posteriores al ejercicio. Las actividades aeróbicas suelen reducir la glucosa en sangre durante (por lo general, en los 20 a 60 minutos después del comienzo) y después del ejercicio.

Hipoglucemia después del ejercicio

Puesto que las reservas de glucógeno del hígado disminuyen durante el ejercicio, el riesgo de hipoglucemia aumenta considerablemente varias horas después del ejercicio. Los músculos aumentan la sensibilidad a la insulina durante al menos otras 8–10 horas, a veces, hasta 24 horas después del ejercicio. Esto significa que, tras realizar una actividad física agotadora, es probable que corra el riesgo de sufrir un episodio de hipoglucemia por la noche. Si se encuentra en esta situación, debe empezar por intentar rellenar las reservas de glucógeno del hígado y de los músculos ingiriendo algún alimento durante y después del ejercicio. Se necesitarán 10-15 g de hidratos de carbono adicionales (15-30 g para un adulto) cada 30 minutos de ejercicio tras los 30 minutos iniciales o, aproximadamente, 1 g de glucosa/kg de peso corporal por hora. Es posible que crea que merece la pena, por ejemplo, experimentar con distintas cantidades de hidratos de carbono durante un partido de fútbol y, cuando encuentre una cantidad adecuada, continúe comiendo la misma cantidad de hidratos de carbono adicionales cada vez que juegue. Si comienza a jugar sin que haya transcurrido 1 hora desde que se administró la inyección, el consumo de insulina aumentará y, probablemente, será necesario aumentar el consumo de hidratos de carbono de nuevo o reducir la dosis de insulina. Recuerde que para recuperar las reservas de glucógeno del hígado y de los músculos tras un duro esfuerzo físico, es necesario realizar más de una comida. Esto significa que, aunque haya realizado una comida abundante después del partido, es posible que experimente un episodio de hipoglucemia a lo largo del día o por la tarde, ya que las reservas de glucógeno no han tenido tiempo de recuperarse completamente.

Si practica deporte tanto por la mañana como por la tarde, tendrá más probabilidad de tener problemas con la hipoglucemia durante el partido de la tarde por el mismo motivo. La hipoglucemia se puede minimizar con reducciones adecuadas de dosis anteriores a la comida cuando se emplea un tratamiento que se compone de varias inyecciones con insulina de acción rápida o bombas. Lo que esto quiere decir, realmente, es que es probable que necesite una ayuda adicional en la cena si ha practicado algún deporte por la tarde. Su apetito se encargará de recordárselo. No obstante, aunque esté comiendo más, puedes pensar que su necesidad de insulina ha disminuido y es posible que sea necesario reducir la dosis en la cena en 1–2 unidades. Sin embargo, no la disminuya demasiado, ya que el hígado necesita insulina para rellenar las reservas de glucógeno. Si tiene problemas con la hipoglucemia, en lugar de una dosis reducida necesita comer más hidratos de carbono. A menudo, la dosis de insulina debe disminuir para evitar la hipoglucemia nocturna (1-2 unidades para niños pequeños, 2-4 para jóvenes y adultos).

Este contenido está basado en el libro de ayuda del Dr. Ragnar Hanas “Type 1 Diabetes in children, adolescents and young adults” (la diabetes Tipo 1 en niños, adolescentes y jóvenes adultos). Su objetivo es mejorar sus conocimientos sobre la diabetes con mensajes sencillos y claros.

Diabetes Mellitus y Ejercicio

El ejercicio es un factor muy importante a tener en cuenta al elaborar un programa para el control de la diabetes. Además del hecho de que mejora el tono muscular, y mantiene saludables al corazón, vasos sanguíneos y pulmones, el ejercicio hace bajar el colesterol y los triglicéridos. Otros beneficios incluyen el gasto de calorías, lo cual ayuda a las personas con diabetes no insulinodependiente a lograr un peso adecuado y a mantenerlo. El ejercicio contribuye al control de la diabetes porque potencia la acción de la insulina y así se disminuye la cantidad de medicación que se requiere. Un programa balanceado de ejercicio reduce la tensión y el estrés, mejora la concentración y hace disminuir el apetito.

Como vereis el deporte no es un impedimento, si aprendemos a regular nuestro cuerpo, he realizado muchas rutas cicloturistas en la bicicleta de montaña, esta es una de ellas, La ruta del Quitote, son lugares pintorescos que aparecen en la novela del Quijote. A lo largo de la ruta el problema que nos da la diabetes es las posibles hipoglucemias (bajadas de azucar en sangre), si no se tiene regulada la insulina, puede pasar esto, con insulina en el cuerpo y haciendo ejercicio, nuestro musculos piden azucar a nuestro cuerpo y atraves de los conductores como es la insulina la quemas mas aprisa dependiendo del esfuerzo, esto conlleva a la reduccion de esta, teniendo en cuenta de que no nos baje demasiado, porque es cuando viene la hioglucemia.

Un remedio que a mi en particular me funciona muy bien, es llevar siempre una botella pequeña de cocacola en cima, cuando noto que mi cuerpo siente una dismilucion de glucosa, hago uso de ella, porque contiene azucares que se asimilan bastante rapido y la cafeina que te quita el decaimiento de la bajada de azucares.

  Una piruleta, caramelos tambien llevo siempre encima y por su puesto azucar, y en los trayectos largos siempre llevo encima un inyectable de glucosa GLUCAGEN. Es un preparado inyectable deglucosa, par casos estremos.

  Aqui en el foto se ve el preparado y en la tapa las intrucciones para su uso, es una simple inyeccion mas. Cuando hay una perdida de conocimiento por parte de una hipoglucemia, el tenerla a mano nos puede salvar la vida.

                                     Diabetes y la Actividad Física

Cómo cuidarse si tiene diabetes?

Diabetes significa que el nivel de azúcar en la sangre es demasiado alto. "Azúcar en la sangre" también se llama "glucosa en la sangre". El cuerpo usa el azúcar para obtener energía. Demasiada azúcar en la sangre puede ser perjudicial. Si controla la diabetes se sentirá mejor. Correrá menos riesgo de tener problemas con los rióones, los ojos, los nervios, los pies, las piernas y los dientes. También correrá menos riesgo de sufrir un ataque al corazón o un derrame cerebral. Para controlar la diabetes puede hacer lo siguiente:

  • mantener una rutina diaria que incluya muchas actividades físicas
    comer de forma sana todos los días
    tomar sus medicinas (si el médico se las recetó)

Beneficios de un estilo de vida activo

Los estudios demuestran que la actividad física puede hacer lo siguiente:

  • bajar el nivel de azúcar en la sangre y la presión arterial
    bajar el nivel de colesterol malo y aumentar el nivel de colesterol bueno
    mejorar la capacidad del cuerpo para usar la insulina
    reducir el riesgo de padecer una enfermedad del corazón y de sufrir un derrame cerebral
    mantener fuertes el corazón y los huesos
    mantener las articulaciones flexibles
    reducir el riesgo de caerse
    ayudarle a bajar de peso
    reducir la cantidad de grasa corporal
    aumentar la energía
    reducir el estrés

La actividad física también es importante para prevenir la diabetes tipo 2. Un importante estudio del Gobierno demuestra por qué. Bajar de 5 a 7 por ciento de su peso total puede retrasar y posiblemente evitar la diabetes tipo 2. Esto se puede hacer con una dieta saludable y un programa de ejercicio moderado. Sólo las personas que tienen sobrepeso o que son obesas deben bajar de peso.

                                                       Ejercicios y el Paciente Diabético

Durante la fase inicial de ejercicios aeróbicos prolongados (tales como caminar, correr, andar en bicicleta, o nadar), el glicógeno de los músculos es la fuente principal de combustible para contraer el músculo.

Después de 5-10 minutos, la glucosa de la sangre y ácidos grasos sueltos (free fatty acids FFA) se transforman en substratos más importantes. Sin embargo, los niveles de la glucosa en la sangre se mantienen virtualmente sin cambio durante los primeros 40 minutos de ejercicios, debido a la liberación de la glucosa por el hígado de la descomposición de glicógeno hepático.

Durante ejercicios más prolongados, gluconeogenésis hepática de lactato, glicerol piruvate y algunos aminoácidos son más y más importantes y pueden contar por el 40-50% de producción de la glucosa hepática . Si continúan los ejercicios, los niveles de la glucosa de la sangre comienzan a bajar y comienza un cambio de energía de carbohidratos a FFA. Siguiendo con los ejercicios, los músculos y el glicógeno hepático son restaurados, un proceso que toma 24 a 48 horas. Durante este período, la tolerancia de la glucosa mejora y se disminuye la necesidad de insulina.

En un capítulo en Nutrición y Desempeño Atlético, Arthur S. Leon, MD, hace incapié en que estos beneficios suceden solamente cuando el control de la diabetes es adecuado o si hay solamente una hiperglicemia leve sin acetona.

Si la deficiencia de insulina es más severa y el control metabólico es deficiente, producción de glucosa, FFA, y cuerpos de Acetona pueden exceder utilización periférica y conducir a un aumento de hiperglicemia y quetoacidosis. Estos descubrimientos indican la importancia del control de la diabetes antes de que algún paciente diabético se embarque en un programa de ejercicios.

Otro problema potencial en pacientes diabéticos tratados con insulina es hipoglicemia provocada por ejercicios. Este riesgo puede ser disminuido mediante sitios de inyección no afectados por ejercicios, reducir la dosis de insulina, evitar ejercicios en el momento del efecto cumbre de la dosis de insulina, hacer ejercicios en el momento de glicosuria leve, y comer un bocadillo de 10-15 gm de carbohidratos (frutas, jugo de frutas, o cracker/pan) alrededor de media hora antes de entrenarse, cada 30 minutos de allí en adelante, durante ejercicios prolongados.

El efecto de ejercicios sobre el músculo del esqueleto contribuye más al control de la diabetes. Los ejercicios aumentan las reservas de los capilares sanguíneos, resultando en un mejoramiento de la entrega y extracción de oxígeno y de substratos de nutrientes.

Aumenta, además, la capacidad de almacenamiento de glicógeno. Estas adaptaciones aumentan la utilización de glucosa, FFA, y cuerpos de acetona mediante músculos entrenádos durante el ejercicio, y disminuyen la producción de ácido láctico.

Tanto en pacientes diabéticos como en los no diabéticos, ejercicios realzan la resistencia cardio-respiratoria, la cual aumenta la capacidad maxima de trabajo y la habilidad de desempeñar trabajo sub-máximo por más tiempo con menos esfuerzo y fatiga perceptibles. Además, ejercicios han demostrado que se reducen las anormalidades lípidas asosiadas con enfermedades coronarias arteriales.

Los pacientes diabéticos deberían elegir activiadades de las cuales disfruten hacer, que sean apropiadas para la salud y que puedan mantener toda la vida. Antes de que un diabético comience con algún programa de ejercicios que sea más exigente que caminar, el Dr. Leon cree que ellos deberían tener una evaluación física con recomendaciones para niveles de ejercicios seguros. Los ejercicios deberían ser desempeñados cada día a una hora conveniente y aproximadamente a la misma intensidad y por la misma duración.